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CESAR PELEGRIN SHIHAN: DESTRUCCION TOTAL Y CON SUTIL POESIA

CESAR  PELEGRIN SHIHAN: DESTRUCCION  TOTAL Y CON  SUTIL  POESIA . Por Armando Cantú-Shidoshi Méjico

 

El  Shihan español  Cesar  Pelegrin  soler  estuvo  de  visita en  el  Bujinkan  Nuevo  León dojo ,en  México, mostrando  una  verdadera  maestría  dentro  de  el  budo,en  honor  siempre  de  Hatsumi  Sensei.

 

El evento  se dividió  en  dos  cursos  distintos ,uno  para   personas  especializadas  en  protección  de  terceros  y  técnicas  policíacas ,todas  estas  técnicas    reunidas en  un  sistema  llamado (S.I.S.)  Sistema  Integral  de Seguridad (NIVEL I)

 

Algunos  estudiantes  de  budo  también  asistieron a  este  evento  en  el  cual  el  dominio  técnico de cada  movimiento  debía  ser exacto para  el  control  de el  oponente para  que  este se sintiera  presionado o  ahogado o inclusive  con  intenso dolor cada  vez  k  se moviera.

En  lo referente  al  budo   las  cosas  son por  demás  diferentes…son  distintos  conceptos  k  se  deben  aplicar  en  cada   movimiento natural,  el detalle  es  que  muchas  veces  esos  conceptos  los queremos  aplicar de manera  conciente y  es  cuando  surgen los problemas  en  nuestra  cabeza  y  cuerpo  pues  hay una   confusión ,el  Shihan  expresaba  que  ahí  radica  la  importancia del  kihon ,  al  entender  este  puedes hacer  maravillas   como  el  lo  mostraba ;hicimos  un  repaso  de  esto,de  moguri  gata  ,suwari gata ,muto dori ,happo keri,bikenjutsu etc….el  seminario  fue  impresionante en  cada  momento  inclusive   cuando  estábamos  en  las  convivencias  el  Shihan  explicada  los  conceptos  k  se  están desarrollando en  Japón y  como  aplicarlos en  nuestra  vida  cotidiana  y  en  el  tai jutsu. 

 

Sin  embargo es algo complicado  hablar  de este   maestro ya  que  su  sencillez   me  ha  dejado  atonito, este   hombre  es  una total  dualidad y  puede  mostrar   distintas  facetas  de  esta  su  peculiar personalidad, solo  los  que  hemos  estado  en  convivencia  con  el  vemos  el  ejemplo   de cómo  una  persona  se  puede formar  íntegramente ,por un  lado  es  un  devoto creyente   de nuestra  fe  católica  y  de la  virgen  de  Guadalupe  refiriéndose a ella  con  cariño  y respeto ,por  otro  lado es  un  máximo  guerrero; no  hay palabras   para  describir tanto  dolor  en  sus  simples  acciones y la intención continua   dirigida en  cada  una  de  sus  técnicas, recuerdo aun  cuando  me  comento  en  una noche… “veras  el  budo  de  Hatsumi  Sensei ,así  k  veras  la  muerte  de cerca”

Caray ¡ pensé  que  esto era  una  metáfora!!!!  Pero  el  sentir  esa sensación  me  acerco  mas a el  …algo hubo  que  llego  el  momento  donde las  personas del  dojo nos habíamos hecho uno mismo  y esa  energía  se  sentía  dentro del ambiente  de entrenamiento,tuvimos  la oportunidad  de   visitar  a  uno  de  mis  alumnos que  esta  en  el lecho  del  dolor a  lo cual  el  Shihan  mostro su solidaridad  para  la  familia  de  este  compañero, en  lo  que  respecta  a los  momentos  de   convivencia y  alegria ….que  puedo  decir  …música, mariachi, comida  al  por  mayor regalos   todo  para  que  el  Shihan  se  llevara  un grato recuerdo  de   nuestro  pais.

Como mencione  al  final ;nuEstra  familia  en  México  ahora  se  extiende cada  día más; ahora  hasta  España donde  esta nuestro hermano y maestro Cesar  Pelegrin,;el  Shihan  ha quedado  feliz  con  México  por  lo  que  esperamos verlo pronto  y siga  enamorándose  de  nuestro  amado  país.

 

Armando  Cantu ,Shidoshi

Viva Méjico Lindo...

Viva Méjico Lindo...

MÉJICO LINDO Y QUERIDO…

Como cada año, mi vida es un devenir de viajes y seminarios a lo largo y ancho de este pequeño mundo. Sin duda, uno se acostumbra a despertar con gentes diferentes y tierras diversas. Pero cuando uno llega a Méjico, hay que creer en Dios…pues si existe paraíso terrenal, uno lo encuentra en esa bendita tierra.

Sería imposible para mí, destacar lo suficiente la virtud de los que han hecho de este viaje, sin duda,  el mejor de mi vida.

De la mano de un magnífico amigo y budoka,  Armando Cantú, se me enseñó el verdadero sentido del sentimiento humano. Lleno y pleno de Budo, y hacedor de una magnífica labor docente y sobre todo familiar. Pues su dojo, nos representa a todos los que amamos el Budo de Sensei.

Su constancia y habilidad, hace que la Bujinkan de Méjico esté a buen recaudo.

La  estancia en este magnífico país, hace que uno se sienta como en el cielo, colmado de atenciones por doquier y de cariño de sus gentes, que disfrutan de la vida no sin mucho esfuerzo y constancia.

No tengo palabras para expresar mi gratitud y cariño hacia todos los que dejé allí…Mario…artista consumado que te llega al corazón…Gasolina…gracias por soportarme en los entrenamientos…Dulces…qué te puedo decir…sigue adelante…

UN TIPO APODADO EL 23…

Recién aterrizado en Méjico, me vinieron a buscar al aeropuerto Armando y algunos de sus alumnos. Enseguida se presentaron con mucha educación uno por uno hasta llegar a…

“Hola Shihan, me llamo Luis y me conocen como el 23….”

Este pícaro, encantador de serpientes y creador de ilusiones cumplidas, te destroza por dentro nada más lo conoces.

Habilidoso en la artes de la vida, consigue lo imposible…sólo se lo tienes que pedir para que te diga…”No más déjemelo a mí…”

Este superviviente de la Cumbia y el Merengue, te obliga de forma encantadora a hacerte de inmediato su amigo. Es todo corazón y cariño…

Te voy a echar de menos Hermano…

Espero volver pronto, pues ya me siento de allí.

VIVA MÉJICO!!!!!!!

César Pelegrín

Shihan Kû Gyô Happo Bikken

Equilibrio y Armonia. Por Nacho Leal

Equilibrio y Armonia. Por Nacho Leal

 Equilibrio y Armonía

     

         Equilibrio y armonía las cuatro direcciones que tienen por centro la

      realidad; en la acción todo está equilibrado. El Registro de los Ritos

      dice: ‘Cuando las emociones aún no han emergido, eso se llama equilibrio;

      cuando son activas, pero todas en proporción, se llama armonía’. Que no

      hayan emergido implica que, en medio de la estabilidad en calma, se ha de

      ser cuidadoso en la atención; por eso se llama armonía. Equilibrio en

      todas las acciones, a eso se llama alcanzar el Camino en el mundo.

      Verdaderamente, si uno puede conseguir en su interior el equilibrio y la

      armonía, entonces el ser que es fundamentalmente así se mostrará claro y

      consciente, despierto en la quietud, preciso en la acción; y podrá

      responder a los interminables cambios del mundo.

 

         (extraído de el Libro del Equilibrio y la Armonía) por Li Daoqun.

 

"Reflexiones e Inquietudes de un recién llegado..." Por Alfredo

 

Después de un año aproximadamente de entrenamiento, me gustaría dejar constancia de mi situación actual como aprendiz de la Bujinkan.

Este post publicado en mi blog está publicado de forma simultánea en nuestra web de la Bujinkan. Es algo que quiero compartir no sólo con mis compañeros de entrenamiento; tambien con vosotros, las personas que me siguen, ya que forma parte de mí mismo y es imposible separar algo que forma parte ya de mi alma.

Ante todo, espero no ofender a nadie con lo que aquí pueda verse publicado, si es así, mis mas sinceras disculpas.More...
Siempre me ha indignado la frivolización con la que hoy día se tratan todas las artes marciales. De hecho, recuerdo que cuando practiqué Karate en el colegio, me lo tomaba muy en serio. Me he percatado ahora, y por otras personas, de lo perfeccionista que soy. Para mí, los grados no significan que sea mejor que otra persona. Son la representación de un esfuerzo, de un tiempo invertido y una ilusión puesta en algo que imperceptiblemente nos enseña...

Entonces es cuando he comenzado a comprender...

Si alguno de vosotros me habéis escuchado hablar del tipo de entrenamiento que hacemos, sabréis que más de una vez lo he definido como "rápido". Ahora digo... es frenético. Pero tiene su motivo, que al principio creía comprender en parte... La fluidez. El término, tal como aparece en nuestro Tensho ( la "guía", por así llamarla, de entrenamiento, creada por mi Sensei César Pelegrín ), es "NAGARE". Debemos aprender a fluir con cada tiempo en la vida. Y en nuestro entrenamiento, debemos aprender a seguir fluyendo, a continuar sin descanso e intentar comprender siquiera una mínima parte de lo que realizamos, pero sin obcecarnos ni estancarnos en ello.

Cuando comencé a entrenar, debido a la cantidad de técnicas que realizábamos en clase, pensé que lo que Sensei pretendía era que intentaramos comprender lo más rápido posible las técnicas que realizabamos, con tal de prepararnos para situaciones en las que nos resultaran útiles... Ahora que lo pienso, creo que estaba en lo correcto... pero sólo en parte. El hecho de cambiar de técnicas continuamente responde a la necesidad de "obligar" al cuerpo a desentumecerse, de poder adoptar posturas y actitudes más relajadas y atentas a la vez. Mejor aún que recibir un golpe, y soportarlo, es dejarlo pasar y aprovechar el movimiento en contra nuestra para revertirlo y utilizar parte de esa fuerza del oponente contra él mismo, minimizando así nuestro esfuerzo.

Ese intento de comprender provocaba en mí frustración. Y esa frustración volvió hace poco, y renovada. El Budo se encarga de hacer que corramos tras él; cuando creemos que le hemos alcanzado, justo cuando le tienes al alcance de la mano, sale corriendo de nuevo con energías renovadas. He de reconocer que las dos veces que me ha ocurrido, ha hecho que me venga abajo; debido también a factores externos. Pero meditando sobre ello, conseguí encontrar mi propia clave... La clave, para mí, está en comprender que este hecho forma parte del entrenamiento. La frustración puede dar paso al esfuerzo si la encauzamos correctamente.

Leí en "El Ninja Moderno", obra de nuestro Sôke, el Dr. Masaaki Hatsumi, que se debe ganar sin lucha. Exactamente, en el libro aparece así:

"Gana sin sacar tu espada. Si la tienes que sacar no cortes, sólo esquiva. No olvides el valor de una vida"

He atesorado esta frase desde el momento en que la leí, junto a su explicación, ya que es algo que me ha guiado de un tiempo a esta parte. ¿Cuántas veces al día nos enervamos, nos sofocamos y nos enfadamos por nimiedades? Como bien dice Sôke en el libro, ¿no es mejor dejar pasar a alguien que nos ataca de frente, para llevarlo a nuestro territorio y manejarlo a nuestro antojo?. Últimamente, me he dado cuenta de que había cambiado, y es debido a ese concepto. Antes, tenía tendencia a enfadarme y a explotar con frecuencia. Ahora, pienso siempre dos veces las cosas antes de hablar, e incluso a veces, ni hablo. ¿Para qué? Las palabras también pueden ser armas arrojadizas cargadas de veneno, y lamentablemente, veo eso a menudo entre familiares. Entre personas que se conocen desde hace años. Para mi, el valor de una vida es el no hacer daño gratuitamente, ya sea con hechos o actitudes. Eso sí, he de reconocer, que al haber aprendido a evitar los conflictos, también sé como avivarlos sutilmente... Para resumir, tengo más calma, sí, pero también mucha más maldad... Aunque la utilice en momentos puntuales, sé que está ahí, y que puedo utilizarla.

Por último, los grados... ¿Por qué tanta importancia? La gente da por sentado que si alguien tiene un grado superior, ya "sabe más". ¿Por qué? Afortunadamente, mis compañeros de mayor grado están para ayudarnos. Pero para mí es lamentable ver a gente que está empezando, y, o bien se asusta porque Sensei les asigna a alguien con cinturón negro para que comiencen su entrenamiento, o bien no te toman en serio por tener un cinturón blanco. Me indigna por dentro cuando alguien recien llegado, cuando me ve el cinturón verde, me dice " Tu debes saber mucho, ¿no? ". Personalmente, no sé nada. Intento saber. Son cosas distintas...

Y otra cosa que también me da rabia es el ansia de grado que cierta gente recién llegada demuestra. Y yo, desde aquí, les pregunto...

¿Vas a ir siempre con el cinturón preparado para defenderte con él? ¿Te servirá el grado de algo a la hora de esquivar un puñetazo directo a tu nariz? ¿Tienes un aura divina que te defienda de toda agresión por ser cinturón negro?

Los grados son, para mí, una medida del esfuerzo. Del tesón y del empeño que ha demostrado una persona en progresar, en conocerse más a sí mismo y al entorno que le rodea. Y eso es, para mí, el encanto de este arte marcial. Que premia el esfuerzo.

Para concluir, quiero felicitar desde aquí a mi Sensei, el Shihan César Pelegrín, al cual admiro profundamente, por su ascenso de grado. Ya hay un nuevo decimoquinto Dan en la Bujinkan, como premio a su esfuerzo, su ilusión, y su generosidad, ya que sin sus enseñanzas no estaría escribiendo esto... Felicidades Sensei.

A todos los demás, lectores, compañeros y Bûyûs...

Banpen fugyô ( Mil cambios y ninguna sorpresa )

Gracias.

SAKERU Por César Pelegrín-Shihan

SAKERU Por César Pelegrín-Shihan

SAKERU

 

Sin duda uno de los atractivos del idioma japonés es su riqueza en significados, tanto, que podría decirse que cada concepto que esgrime un kanji, provoca sutilmente la explosión de un sentimiento.

 

Es, probablemente el idioma que mejor refleja el sentir interno del ser humano y es por eso que es tan difícil de entender para nosotros los occidentales.

 

En este viaje a Japón del que acabo de regresar, Sensei ha hecho un recorrido insuperable desde KU de los kihones de Togakure Ryu moviéndose en un flujo constante dentro del Kukan, imparable e irrepetible, KUKAN NO NAGARE. Cada movimiento es un arranque para el siguiente y viceversa, el siguiente le da un sentido al primero.

 

En realidad existen aperturas inalcanzables para Uke, meras trampas en su propio espacio y todo esto usando Sakeru…

 

Sakeru contiene varias acepciones en Japonés, por un lado, significa evitar, desde el punto de vista de Tori, intenta evitar el ataque. Desde el punto de vista de Uke, intenta evitar ser controlado.

 

Por otro lado, Sakeru significa reventar o romper, es decir, Tori intenta una apertura en Uke en su espacio, y Uke intenta romper el control de Tori.

 

Sakeru también significa llorar (1) internamente o sentir de forma intensa la acción de alguien.

 

(1)   Sensei se refiere a sufrir.

 

Esta última acepción es sin duda la más interesante pues no puede ser descrita con palabras, sino a través de entrenamiento (Sôke 10 de Agosto 2008).

 

¿No es este nuestro Budo? ¿No es genial?...Sensei es genial.

 

Kami Teki Bûfû Ikkan

 

César Pelegrín Shihan 15 DAN Bujinkan Dôjô

ANALISIS DEL NACIMIENTO DE LAS 9 ESCUELAS DE BUJINKAN DENTRO DEL CONTEXTO HISTORICO DEL JAPON FEUDAL. Por Jesús María González

ANALISIS DEL NACIMIENTO DE LAS 9 ESCUELAS DE BUJINKAN DENTRO DEL CONTEXTO HISTORICO DEL JAPON FEUDAL. Por Jesús María González

 

INTRODUCCION

 

 

Cuando habitualmente estudiamos las nueve escuelas de la Bujinkan raramente nos paramos a pensar en la razón intrínseca de la existencia de cada una de ellas. Solemos abordar cada escuela de un modo independiente, con un origen determinado y vagamente relacionadas entre si mas allá que por las relaciones genealógicas de sus sokes.

 

Este es un error muy frecuente pues olvidamos que estas escuelas, Ryû, surgieron como “herramientas” de combate en unos momentos históricos convulsos. No surgieron del placer o del capricho sino de la necesidad de sobrevivir en un entorno hostil en el que la diferencia entre vivir y morir la marcaba, además de la suerte, las habilidades del individuo. Como buena herramienta se veía despojada de todo lo accesorio e innecesario dentro del marco en que era utilizada y cuando este marco variaba por las razones sociales, políticas, o estratégicas (por el devenir histórico, en definitiva) se reinventaba a si misma.

 

De esta forma cuando situamos la aparición de los diferentes Ryû en una línea temporal y analizamos los hechos históricos ocurridos a su alrededor, el entorno social y la forma de vida se visualiza con claridad las razones que justifican la aparición en momentos determinados de una escuela que desarrolla una forma particular de combate. De la misma forma se comprende como otras escuelas mas antiguas parecen declinar y resurgen en otros momentos historicos mas acordes con su estilo de lucha.

 

En las siguientes páginas y mediante el cuadro cronológico que se desarrolla veremos enclavada cada escuela en su periodo histórico correspondiente y analizando los acontecimientos políticos y sociales que contribuyen a su creación entenderemos la razón de su existencia. El análisis se realiza en base a los periodos históricos japoneses y no al esquema cronológico de centurias (siglos) occidental porque la historia japonesa gira en torno a periodos políticos independientemente de su duración en años. Situar los Ryû dentro de esquemas de siglos es precisamente lo que hace perder la visión político-social de su existencia.

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

PERIODO ROKUHARA

 

 

Es en este periodo cuando los señores militares de las provincias toman consciencia de su poder militar frente a la clase aristocrática tradicional, kuge, que había gobernado el Japón hasta este momento. Las clases guerreras, buke, estructuradas en clanes se enfrentan políticamente al poder imperial tradicional establecido en Kyoto. Especialmente conflictivos son los enfrentamientos entre los tres clanes mas importantes de este periodo, el Fuyiwara, el Minamoto y el Taira que terminara convirtiéndose en una autentica guerra civil.

 

En este escenario político-militar desestructurado, las alianzas, mas o menos temporales, significaban la supremacía de un clan sobre otro dado que el tamaño de los ejércitos era determinado por el numero de aliados que un determinado señor reunía a su alrededor. Esto no implicaba que las relaciones entre clanes dentro de las alianzas fuesen cordiales. Todo lo contrario, rencillas, ambiciones, intereses territoriales, etc.,  eran fuente habitual de conflictos dentro de los aliados de los clanes principales.

 

En un escenario de conflictos intestinos fuertemente condicionada por las alianzas políticas es comprensible lógico que surgiese una forma de combate indirecta que supusiese infligir sino fuertes daños al rival cuando este era un “aliado”, al menos entorpecer sus actividades o ensombrecer sus meritos militares.

 

Este modo de enfrentamiento además de impropio en la conducta de un señor, daimyo era “políticamente incorrecto” puesto que no solo entorpecía la capacidad de acción de un clan aliado sino que también ponía en riesgo la capacidad militar del conjunto de clanes aliados y podría ser gravemente sancionada.

 

Togakure Ryû nace así como herramienta ideal para un fin concreto: el combate encubierto. Sus técnicas, desarrolladas a través de individuos de la casta militar o de plebeyos adiestrados, tienen como meta el desarrollo de actividades militares desarrolladas fuera del “honorable” campo de batalla. Los guerreros Togakure podían espiar e investigar las capacidades de un daimyo rival, sabotear cosechas y aprovisionamientos o interceptar correos o embajadas diplomáticas entre territorios a cualquier precio incluso mediante el asesinato. Esta política de lucha no sería retomada en el seno del combate militar hasta 1941 con la creación del SAS británico.

 

Gyokko Ryû, por el contrario, nace como necesidad por parte de los daimyo de adiestrar a sus guerreros, vasallos extraídos de las clases populares en este estadio del Japón histórico, en el arte del combate abierto. Sus técnicas básicas son claras, relativamente elementales para el adiestramiento rápido y adaptables al conjunto de armamento fundamental de una “tropa de choque” (lanzas, naginatas, espadas varias, etc.). Su tradicional origen chino y su desarrollo en la zona de Iga nos hacen suponer que elementos del mismo eran utilizados en el entrenamiento básico de las tropas de las capitales imperiales tradicionales (Nara y Kyoto). El despliegue administrativo de estas tropas con fundamentos básicos de combate a lo largo y ancho del Japón antiguo son la base de los ejércitos feudales de los clanes en las guerras posteriores y la razón por la que este Ryû es considerado como referencia para futuros estilos de combate.

 

 

 


 

 

 

PERIODO KAMAKURA

 

 

Durante este periodo un nuevo shogun, Minamoto no Yoritomo establece su capital en Kamakura y relega al emperador y la aristocracia tradicional, kuge, a un papel meramente ceremonial. Es un periodo de constantes conflictos en los que comienza la especialización militar de la casta guerrera, llegándose a recompensar con feudos a los oficiales militares embrión de lo que mas tarde se conocerá como casta samurai. 

 

Los conflictos territoriales abiertos son claros, en especial con el clan Hojo que releva a la familia de Minamoto del Shogunato a la muerte de este. Pero el hecho determinante de este periodo son las dos invasiones mongolas del Japón. Estas invasiones mongolas fueron determinantes en el desarrollo militar del Japón feudal puesto que obligaron a los guerreros japoneses a mejorar sus técnicas de combate y defensa frente a un enemigo superior táctica y militarmente. Estas mejoras tuvieron un éxito relativo puesto que aunque la tradición concede el merito de la victoria sobre los mongoles a unos casi mágicos tifones, los kamikaze, los estudios estrictos coinciden en dárselo a las eficientes defensas militares construidas así como a la mejora en las tácticas de combate. Lo relativo del éxito radica en que el esfuerzo militar provocó conflictos internos que desembocaron en nuevos enfrentamientos militares entre clanes.

 

En este escenario bélico es comprensible de encontrar las escuelas Shinden Fudô Ryû y Kukishinden Ryû, dos escuelas que además comparten  a su primer soke, lo que nos dice mucho de su inspiración.

 

Surgidas de la necesidad de un combate en campo de batalla abierto, ambas comparten el uso de armas de combate como el hacha de guerra, martillo de guerra, espada de gran tamaño, así como el uso de la naginata, espada, o lanza. No obstante, fruto de la especialización de esta época Shinden Fudô Ryû desarrolla su técnicas dentro de una manera “natural” de defenderse y atacar.  Por el contrario Kukishinden Ryû desarrolla su forma de combate dentro de la especialización de Yoroi Kumi Uchi o combate con armadura, una forma de guerrear mucho más compleja dado el entorpecimiento producido por la armadura de guerra.

 

Es interesante observar que durante este periodo el “combate encubierto” pasa a un segundo plano. Dado que el enfrentamiento interno es declarado, técnicas Togakure son casi innecesarias o limitadas a casos de espionaje o quizás a acciones puntuales en las invasiones mongolas. Los daimyo no precisaban del uso generalizado de guerreros encubiertos, aun así sus notables capacidades militares serían absorbidas dentro del combate en campo de batalla abierto propio de la época.

 


 

 

 

PERIODO ASHIKAGA/MUROMACHI

Y  PERIODO MOMOYAMA.

 

 

Tras un periodo de reinstauración del poder imperial derivado de las tensiones producidas por el esfuerzo de la guerra contra los mongoles, se establece un periodo de guerras entre las dinastías shogun del norte y del sur.

 

Al mismo tiempo se producen levantamientos de campesinos hartos de la presión impositiva de sus señores que les exigían impuestos cada vez mayores para afrontar los gastos de las continuas guerras. Muchos de estos campesinos, perseguidos por su levantamiento, pasarán a engrosar los clanes shinobi convirtiéndose en soldados de fortuna.

 

Este periodo de guerra continua finaliza en el denominado PERIODO MOMOYAMA en que la figura fundamental es el general Oda Nobunaga.

 

Nobunaga era hijo de un administrador del clan Shiba en la provincia de Owari. Desde allí, aprovechando la desunión de los clanes vecinos que guerreaban entre si los fue venciendo en una serie de sucesivas conquistas durante las cuales fue parte fundamental de su estrategia la intriga y el sabotaje. Tras exitosas campañas militares logro tomar Kyoto en 1568, pero su éxito militar fue presa de su propia estrategia, viéndose obligado a autoinmolarse en Kyoto en 1582 victima de la traición de uno de sus generales. A su muerte había sometido bajo su mando a treinta de las sesenta y seis provincias del Japón feudal, especialmente las situadas en el centro, de vital importancia estratégica.

 

El mando de su ejército fue tomado por su aliado Hideyoshi quien sin no pocas dificultades tras sortear alianzas y traiciones se hizo con el poder y término el proceso de unificación del Japón venciendo al último daimyo independiente del clan Hojo en 1590. Antes de su repentina muerte en 1598 y consciente de que la persistencia en el poder dependía de mantener el control de las ambiciones de sus rivales políticos, Hideyoshi sentó las bases de una estructura social militar, los samurai, que sobreviviría hasta bien entrado el siglo XIX. En esta nueva estructura el acceso a las armas estaba prohibido a todos aquellos ajenos a las clases militares, e incluso dentro de esta su practica estaría estrechamente vigilada para evitar cualquier intento de sublevación contra el poder establecido.

 

 Es fácil de comprender que en un entorno político tan convulso como este surgiesen dos escuelas de ninpo como la Gyokushin y la Kumogakure. No ha existido un momento histórico en Japón mas apropiado para el “combate encubierto” que el periodo Momoyama. Todos los daymios hicieron uso de efectivos militares especializados en sabotajes a fin de obtener ventaja militar sobre sus rivales. Oda Nobunaga contó con el apoyo de clanes shinobi en sus campañas al igual que sus aliados. Uno de ellos Ieyasu Tokugawa contó con uno de estos clanes como responsables de su seguridad personal y su líder Hattori Hanzo descansa con todos los honores de haber servido al shogun Tokugawa.

 

Gyokushin Ryû es una escuela especializada en el espionaje más que en las artes de combate posiblemente surgida de la necesaria especialización del combate que hemos anteriormente comentado. El uso de fuerzas especializadas en las capacidades de esta escuela seria de vital importancia para el daimyo al que sirviesen pues es comprensible que la diferencia entre victoria y la derrota estaría en el conocimiento de los movimientos del adversario. A modo de ejemplo podemos destacar que Ieyasu Tokugawa haciendo uso de informadores de campo venció en combate a aliado del todo poderoso Hideyoshi, forzando a este a desistir del enfrentamiento y negociar pactos de apoyo con el clan Tokugawa.


 

 

 

Kumogakure Ryû surge igualmente de la especialización del combate. Si bien sus técnicas de combate son muy similares a las de Togakure (esto es evidente puesto que ambas tienen el origen de sus técnicas en la región de Iga) la inclusión de elementos del yoroi en sus técnicas. Además,el uso de armamento especializado implica una la utilización de guerreros de esta escuela en combates abiertos además de lucha encubierta. Uno de los líderes de esta escuela, Hattori Hanzo, formo junto a sus hombres parte de la escolta de Ieyasu Tokugawa así como de la seguridad de su castillo en Edo cuando este fue nombrado shogun.

 

Por otra parte la aparición de escuelas especializadas en Koppojutsu como la Koto Ryû y la Gikan Ryû tuvieron su razón de surgir en este preciso momento histórico, nuevamente, en la especialización requerida por las circunstancias.

 

Koto Ryû  puede ser entendida como una especialización de Gyokko Ryû, pues su primer soke fue al mismo tiempo el décimo primer soke de esta última. La formación militar de las tropas de los daimyo, probablemente inspiradas en técnicas de Gyokko Ryû, tendría la necesidad de adaptarse a combates entre grandes masas de tropa con técnicas potentes pero que requiriesen un aprendizaje más corto que el ofrecido por otros Ryû (como por ejemplo Kukishin Ryû). Esta misma consideración es aplicable a Gikan Ryû cuyas técnicas de koppojutsu para rompimiento de huesos explican su funcionalidad en el campo de batalla.

Destellos del primer viaje a Japón.Por José Manuel Erro

Destellos del primer viaje a Japón.Por José Manuel Erro

Tras unos años de entrenamiento en la Bujinkan, en 2007 Manuel y yo recibimos el shodan de nuestro instructor César y… ¡nos disponemos a emprender nuestro primer viaje a Japón!

 

Inicialmente íbamos a ir en enero, pero cambian los planes y se adelanta el viaje, nos dice César que nos vamos en diciembre, nada más y nada menos que ¡al Daikomyosai! Vaya manera de estrenarnos en Japón.

 

Todo es muy rápido, pasa un mes desde la noticia y sin darnos cuenta del tiempo ya estamos en el aeropuerto de Narita, ¡sin pensar, sin pensar, sin pensar!

 

Llegamos a Noda un sábado a mediodía y pensábamos descansar y asistir a la clase de la tarde en el Honbu dôjô con Ôguri shihan, pero cuando llegamos resulta que han adelantado la clase, así que la hemos perdido. César nos dice: “parece que el primer día de clase tiene que ser con Sensei”. Es nuestro sino.

 

Así que nuestro primer día de clase en Japón es el domingo por la mañana, a las 9:00 con Nagato shihan, casi nada, y luego a las 11:00…

 

ufff ¡qué emoción, vamos a verle!

 

Hatsumi sôke es un ídolo que vive en mis sueños, tengo la mesita de noche llena de libros suyos. Conocí su figura hace unos 14 años cuando compre unos libros en los que aparecía él. Entonces me preguntaba si algún día podría entrenar sus artes marciales y lo vería en persona, o si era solo un sueño de adolescente.

 

Años después encontré la Bujinkan en Málaga y de la mano de César tenía el budô de Sensei a pocos minutos en coche desde mi casa, ¡menuda suerte!, yo que creía que para hacer esto había que dejarlo todo e irse a vivir al lejano Japón.

 

Y llega este día en que me encuentro en el Honbu dôjô en clase de Hatsumi sensei. Es un sueño hecho realidad.

 

El Honbu está a reventar de gente, se entrena en un metro cuadrado, sin embargo hay un gran ambiente de cordialidad entre los asistentes, que vienen a entrenar de muchos países y culturas distintas.

 

Vaya mañana de domingo, con esto ya me volvería feliz para Málaga.

 

El lunes entrenamos con los shihan Shiraishi y Jack Hoban, ambas clases geniales, y por la tarde hacemos algo de turismo, pues no hay que agotarse mucho, ya que los días siguientes tenemos jornada completa de Daiko y clase con Noguchi shihan.

 

Arranca el Daikomyosai y empiezan las emociones fuertes. Aparecen Hatsumi sensei y varios shihan japoneses vistiendo yoroi, van a la guerra bajo el rugir de los taiko. Continúa una demostración de shinken gata entre samuráis armados con naginata y tachi. Las escenas se suceden como si hubiéramos retrocedido 500 años al Japón feudal.

 

 

 

 

 

 

El Daikomyosai se desarrolla con gran intensidad, mientras los asistentes se entremezclan para entrenar. Entrenamos con gente de Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, etc., y con más españoles claro. La gente intenta superar el obstáculo de la traducción para entender algo del movimiento y explicaciones de Sensei, pero parece complicado pues Sensei enseña para los shihan. De todas formas, con verlo moverse es suficiente aunque no se entienda mucho lo que está pasando. Tenemos ante nuestros ojos la demostración de un maestro de artes marciales, y eso no se ve todos los días.

 

El miércoles y jueves, después del Daiko, asistimos a sendas clases de Noguchi shihan en el Honbu dôjô, en las que seguimos entrenando varios kihon de Kukishin ryû.

 

El Daikomyosai me pareció muy emotivo, pues qué mejor manera de celebrar el aniversario de Sensei que entrenando todos juntos con él. Fueron unos días muy intensos, si bien al final acabamos con la cabeza embotada de tanto entrenamiento.

 

 

 

 

 

Aunque Manuel y yo somos muy jóvenes en el budô y en la Bujinkan, pudimos entrenar con Sensei en Japón, el maestro nos dio la bienvenida cortésmente, pudimos fotografiarnos con él y ¡hasta nos dedicó una caligrafía!

 

Hatsumi sensei es un perfecto caballero, como no podía ser de otra manera para heredar la tradición japonesa. No me equivoqué al ponerlo en mis sueños.

 

Unos días después del viaje, en una clase César se dedica a resumirnos los conceptos que se vieron en el Daiko y me doy cuenta de que efectivamente no me enteré de nada.

 

Otro día en una conversación César dice: “…Sensei no rechaza a nadie…”, y refiriéndose a mí: “…porque tú has entrenado con Sensei, ¿verdad?...”. Es verdad, no era consciente de ello pero, ¡he entrenado con Hatsumi sensei!. Después de un viaje como éste verdaderamente te das cuenta de las cosas que has vivido tiempo después.

 

Unas tres semanas después del viaje, a finales de diciembre, mientras tomamos el té de los sábados en clase, apunto los nombres de varios kihon que hemos estado entrenando de Kukishinden ryû, sin querer tiro mi vaso de té con la manga del kimono y el té moja la revista donde había apuntado los kihon y emborrona los nombres. Curiosamente ese té era traído de Noda. Al ver lo ocurrido César me dice:

 

-         Las técnicas de Kukishinden borradas por el té, eso tiene que tener algún significado…

 

Le contesto lo primero que se me ocurre:

 

-         Pues que se ha terminado la Kukishinden.

 

Así que parece que aunque no entendiéramos mucho, algo debimos traer de Japón sin darnos cuenta: los dioses guerreros del budô, que vinieron con el té para anunciarnos el fin del tema del año.

 

            Quiero terminar dando las gracias a mi instructor César Pelegrín por habernos dado la oportunidad de vivir una experiencia como ésta, y por ser nuestro guía para seguir un buen rumbo en el viaje por el budô de Hatsumi sensei.

 

Sin duda un recuerdo imborrable para toda la vida, y tengo que volver pronto.

 

¡Banpen fugyô!

 

Empezando a comprender.Por Antomio Tierra

 

Recuerdo los primeros días de entrenamiento, intentando retener cada una de ese montón de técnicas que se realizan en una clase, entrenando con ilusión y atención, para darle sentido a cada clase.

Pasados unos días de entrenamiento, confuso y desmoralizado, empecé a pensar: Muchas técnicas en cada clase, poco tiempo para cada técnica, una técnica y muchas variaciones…¿porqué no dedicamos más tiempo a las técnicas básicas? ¿porqué no se entrena más detenidamente? No entiendo nada….

Entonces escuché a mi instructor poner un ejemplo que decía: El Budo es como un paisaje por crear, cargado de detalles y situado en un plano muy lejano. Con esfuerzo, continuidad y alegría, iremos trayendo esos detalles hasta nuestro paisaje.

Como un globo inflado que se le quita el nudo y se desinfla…. Eso hice con el almacén que me estaba creando, intentando retener las técnicas de una manera bastante forzada, entendiendo que había que entrenar, que no había que forzar las cosas, y que en cada clase iríamos absorbiendo al ritmo de nuestro nivel y capacidad, sin prisa.

Encontré respuesta a todas las dudas y preguntas que me hacía sobre la forma de entrenar, comprendiendo que de ésta forma se evita que hagamos de la técnica algo muerto y mecánico. Al contrario: hace que las técnicas se mantengan vivas y dinámicas . En cualquier sitio, en cualquier situación, desde cualquier ángulo. Hacia arriba, hacia abajo, hacia delante, hacia atrás…En definitiva: infinitas, moldeables, vivas…

A la vez, absorbemos Taijutsu, ése arte que nos enseña a mover el cuerpo, y que todos deseamos alcanzar (un buen Taijutsu). Hasta el punto de hacer los movimientos parte de nosotros, y las técnicas , reacciones nuestras, controladas en todo momento, y sin pensar.

Del mismo modo que subimos un vaso para beber, no pensamos cuánta presión ejercemos sobre él, ni cuánto lo levantamos o lo arrimamos a la boca.  Lo mismo ocurre cuando subimos o bajamos escalones…. No pensamos: lo hacemos.